martes, 3 de enero de 2012

Teatro de Cámara Chejov

Siguiendo nuestro periplo madrileño, visitamos nuevamente el "Teatro de Cámara Chejov"  cosa que como buenos aficionados al teatro hacemos siempre que visitamos Madrid y tiene algo en cartelera. Se trata de un teatro muy especial: para empezar está situado en el patio de luces de un antiguo edificio de viviendas; no tiene taquilla, solo un pequeña mesa en la entrada; la sala cuenta con seis filas de butacas y la primera está en el mismo escenario. Un lugar íntimo y recogido, donde sólo cabe la verdad del teatro. 
Su director, Ángel Gutiérrez, es a la vez director de actores y cuenta con unos grandes profesionales. Vivió y trabajó varios años en Rusia y se enamoró de los autores rusos, -sobre todo de Chejov- así que los más habituales en sus montajes son éstos. La calidad de las interpretaciones y la cercanía física, hacen que el espectador interiorice lo que sucede en el escenario y se sienta parte de la representación. En esta ocasión pudimos ver "Noches blancas" de Dostoievski: sin artificios, sin distracciones escénicas de ningún tipo, sin la parafernalia que en muchas ocasiones pretende minimizar la poca calidad interpretativa; aquí nada de eso es necesario, sólo el actor, el expectador, y el arte de saber hacer. Por supuesto que como en anteriores ocasiones, nuestras espectativas se vieron totalmente satisfechas. Animamos a los amantes del teatro a visitar el Chejov, a probar y saborear la experiencia.

Haciendo honor al nombre y demostrando la devoción que Ángel Gutiérrez siente por este autor  ruso, bajo un retrato de Chejov,  hay un jarrón que siempre contiene  flores frescas.