sábado, 9 de junio de 2012

Ray Bradbury

La noticia de la muerte de Ray Badbury, nos recuerda el desasosiego que sentimos la primera vez que vimos la película dirigida por Truffaut,  basada en la novela de dicho autor, "Fahrenheit 451" y seguimos sintiendo cada vez que la visionamos de nuevo, o cuando leemos su libro, en el que un visionario Badbury, ya nos habla de televisiones planas y enormes casi como un elemento más de la familia, e incluso interactiva,  a través de la que podemos ser otro protagonista  de sus programas; así como de los peligros del pensamiento único.

Auténtico mago de las distopías, nos hace estremecer ya al principio de la historia cuando solo vemos antenas de televisión y calles solitarias. En la primera escena de quema de libros, en la que parece que el traje que se coloca el bombero, es más bien para protegerse del conocimiento que puedan desprender los libros al arder, que para protegerse de las llamas que provoca, es nuestro Don Quijote, el primero que lanzan a la parrilla y con ello sentimos una doble punzada.
 Pero la que más nos impresiona es la de la mujer capaz de inmolarse con todos sus libros, antes que renunciar a vivir sin ellos.Vemos cómo el aire que entra a través de la ventana rota, pasa rápidamente las hojas de un libro de Dalí, o de Carrier du cinemá, y tantos otros. Sin embargo, dentro de tanta angustia, contemplamos un maravilloso lugar para la esperanza, en el descubrimiento de los hombres-libro. 

Nos emociona especialmente, la escena en la que un libro de Stevenson, muere mientras recita el texto a su nieto "y murió como él pensaba, con las primeras nieves del invierno" en ese momento empiezan a caer en el bosque de los hombres-libro, las primeras nieves del invierno.

Aunque en ocasiones nos angustie, seguiremos contemplando la visión futurista de Bradbury, e intentaremos protegernos en lo posible de sus predicciones.