lunes, 6 de agosto de 2012

El Cónsul de Sodoma

La pasada semana pudimos ver en la "Filmoteca Rafael Azcona" y enmarcada dentro de la programación de "Agosto clandestino", la película El Cónsul de Sodoma, estrenada en 2009; ya en su día y debido a la polémica creada al respecto no quisimos verla, pero en esta ocasión decidimos darle una oportunidad para posteriormente sacar nuestras propias conclusiones. 
Por supuesto se han cumplido todas nuestras espectativas: pésima en sus planteamientos y personajes; flojas las interpretaciones; sin hilo narrativo de ningún tipo; y lo peor de todo, la imagen bastante alejada de la realidad que da del poeta "Gil de Biedma". Cualquiera que conozca un poco la trayectoria vital y creativa del mismo, sabe que su vida estuvo llena de bastantes más cosas que sexo.
En cuanto al retrato que hace de la llamada "Gauche Divine", ni gauche, ni divine, parecen solo niños ricos con poco que hacer y mucha pose, eso sí, mucha pose. 
Tras visionar la película, y dados los datos que conocemos de Gil de Biedma, através de sus propias palabras y escritos, y a través de otros autores, entendemos perfectamente la reacción en su día de "Juan Marsé" y alguno de los otros artistas que aparecen en esta película, basada en una biografía escrita por Miguel Dalmau, y que demuestra que está muy mal informado.
Creemos que el gran Gil de Biedma, se merece algo mejor, pero sobre todo se merece algo mucho más real y coerente con su vida, sus ideas y su obra. 
Si queréis acercaros un poco más a la figura de este autor, es muy interesante y revelador el libro titulado "Jaime Gil de Biedma. Conversaciones" editado y prologado por el riojano Javier Pérez Escohotado, y publicado por El Aleph.  

Sirva este sencillo comentario de pequeño homenaje a un poeta que nos emociona  y conmueve.
 




Mañana de ayer y hoy

Es la lluvia sobre el mar.
En la abierta ventana,                                    
contemplándola, descansas
la sién en el cristal.

Imagen de unos segundos,
quieto en el contraluz,
tu cuerpo distinto, aún
de la noche desnudo.
Y te vuelves hacia mí,
sonriéndome. Yo pienso
en cómo ha pasado el tiempo.