domingo, 8 de abril de 2012

Amor-es

La melancolía que siempre se apodera de nosotros en estos días, es proporcional a la feliz y enriquecedora infancia, donde las celebraciones de Semana Santa al igual que otras celebraciones religiosas, lo llenaban todo. 
No importa si creemos o no creemos, si nos gusta o no nos gusta, si lo rechazamos o no, forma parte de nuestra vida; está ahí, recordándonos cada día- aunque no siempre seamos conscientes de ello- que sólo el amor nos redime; el amor de madre; el amor de hijo; el amor de hermano; de amigo;de pareja, amor al fin, que nos ayuda a seguir adelante día a día, con todo lo que nos sucede y contra todo lo que nos sucede. Amor que nos fortalece para la lucha diaria, en un mundo que ni nos gusta ni hemos hecho, pero del que no podemos sustraernos. 

Al hilo de cualquier clase de amor, acabamos de escuchar en la radio esta canción, que también nos retrotrae a otros momentos, a otros lugares, a otras personas. Siempre nos ha gustado por lo que tiene de reafirmación y voluntad, porque, y volviendo al amor del que hablábamos hace unos instantes, una cosa es ser hermanos, y otra primos... Si al leerla alguien se da por aludido, que tome buena nota, ya que vivimos cuatro días, y la mitad, son  noches y en ocasiones largas y oscuras... ¿De verdad merece la pena dejar escapar cualquier tren?

Has dejado escapar el tren                     
por no hacer caso al corazón
y te quedas en el andén
sin billete ni solución.

Yo que fui tu oportunidad
no quisiste quererme bien
y ahora díme adiós
has perdido tu tren.

Quién te ha dicho que yo
voy a volar detrás de tus lágrimas
quién te ha dicho que un día voy a volver.

Quién te ha dicho que yo
no sé cerrar nuestra última página
me has dejado escapar, has perdido tu tren.

Sólo el viento con su vaivén
te acompañará en la estación
estás solo y lo sabes bien
es inútil pedir perdón.

Él que sepa quererme bien
que me inscriba en su corazón
ahora déjame
has perdido tu tren.