miércoles, 4 de enero de 2012

Cuaderno de viaje

A esta última entrada de nuestra crónica viajera le hemos dado el título de cuaderno de viaje porque -aunque no era esa  nuestra intención- al final es lo que ha resultado ser. 
Así que sin ánimo de ser exaustivos,comentar que el domingo por la mañana y tras un buen y fresco paseo hasta el Auditorio Nacional, de la mano de la OCNE y bajo la batuta de Josep Pons, disfrutamos de un delicioso programa con tres autores diferentes y el hilo conductor del Quijote, así escuchamos: "Don Quixote, variaciones fantásticas sobre un tema caballeresco" de Richard Strauss; "Danzas de Don Quijote" de Roberto Gerhard y "El retablo de Maese Pedro" de nuestro apreciado Manuel de Falla, del que por cierto, y también en dicho espacio hay una exposición actualmente. Por supuesto para repetir. 
El ambiente del Auditorio un domingo por la mañana es familiar: vemos padres jóvenes con niños e hijos jóvenes con padres mayores. En esos momentos, deseamos que cuando ya no podamos acudir por nuestros medios, haya alguien dispuesto a traernos y acompañarnos.

Con el espíritu elevado por obra y gracia de la música, dirigimos nuestra mirada hacia Caixa Fórum, en cuyas salas, organizada conjuntamente por la obra social La Caixa y el Museo del Louvre, se está llevando a cabo una magnífica exposición de obras de Eugene Delacroix. El dramatismo de alguna de sus pinturas ampliado por su particular color, nos perturba y conmueve. 
Tras un fin de semana lleno de arte y de belleza, estamos a un paso de sentir el síndrome de Stendhal, pero como no es así, os animamos a no perder la oportunidad de ver cerca de casa algo que merece la pena y que no siempre está a nuestro alcance.

martes, 3 de enero de 2012

Teatro de Cámara Chejov

Siguiendo nuestro periplo madrileño, visitamos nuevamente el "Teatro de Cámara Chejov"  cosa que como buenos aficionados al teatro hacemos siempre que visitamos Madrid y tiene algo en cartelera. Se trata de un teatro muy especial: para empezar está situado en el patio de luces de un antiguo edificio de viviendas; no tiene taquilla, solo un pequeña mesa en la entrada; la sala cuenta con seis filas de butacas y la primera está en el mismo escenario. Un lugar íntimo y recogido, donde sólo cabe la verdad del teatro. 
Su director, Ángel Gutiérrez, es a la vez director de actores y cuenta con unos grandes profesionales. Vivió y trabajó varios años en Rusia y se enamoró de los autores rusos, -sobre todo de Chejov- así que los más habituales en sus montajes son éstos. La calidad de las interpretaciones y la cercanía física, hacen que el espectador interiorice lo que sucede en el escenario y se sienta parte de la representación. En esta ocasión pudimos ver "Noches blancas" de Dostoievski: sin artificios, sin distracciones escénicas de ningún tipo, sin la parafernalia que en muchas ocasiones pretende minimizar la poca calidad interpretativa; aquí nada de eso es necesario, sólo el actor, el expectador, y el arte de saber hacer. Por supuesto que como en anteriores ocasiones, nuestras espectativas se vieron totalmente satisfechas. Animamos a los amantes del teatro a visitar el Chejov, a probar y saborear la experiencia.

Haciendo honor al nombre y demostrando la devoción que Ángel Gutiérrez siente por este autor  ruso, bajo un retrato de Chejov,  hay un jarrón que siempre contiene  flores frescas.