Acabamos de contemplar la última película de Wes Anderson, titulada "Moonrise Kingdom". Se trata de una tierna y conmovedora historia de amor adolescente rodeada de: incomunicación, mentiras, disfuncionalidad...
Los protagonistas tienen unos padres -en uno de los casos- de acogida, pero muy poco o nada acogedores; los otros, absolutamente alejados de sus hijos e incluso de sí mismos, incapaces de dar nada porque no llevan nada dentro. Con estos mimbres, poco se puede construir.
Una estética muy colorida y una ambientación sesentera deliciosa, unidas a una magnífica banda sonora con piezas clásicas y otras creadas al efecto por Alexandre Desplat -habitual en el cine de hoy- conforman un todo digno de ver que a más de uno trasladará a esos años en que nos enamoramos por primera vez ,con un amor claro, limpio, inocente y sin doblez, sin contrapartida y en los que también por primera vez nos partieron el corazón.
Mención especial merece la pareja de niños protagonistas, actores debutantes que bordan su papel dándole a sus personajes la credibilidad necesaria para que los sintamos nuestros y deseemos acogerlos y apoyarles en su naciente historia de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario